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“Escribir es hacerse más fuerte ante la vida”

Fotografía: Ministerio de Cultura de la Nación
Literatura, Noticias, Proyectos Especiales

Ganadora del Premio Pulitzer 2020 en la categoría no ficción, Anne Boyer es una de las voces más singulares y destacadas en la literatura estadounidense de nuestro tiempo.

Llegada a Buenos Aires para su participación en el Festival Internacional Poesía Ya! 2023, las actividades de Boyer comprenden tres encuentros en distintas sedes: la presentación de su trabajo Prendas contra las mujeres, en conversación con Marina Mariasch y con una lectura performática junto a Tálamo Rodríguez en el Salón Central de la Casa Patria Grande (el miércoles 8 a las 19 h); un workshop en el Auditorio Williams del Centro Cultural Borges (el viernes 10 a las 16 h), y un encuentro magistral en diálogo con Eugenia Zicavo, en la Sala Argentina del Centro Cultural Kirchner (el domingo 12 a las 19 h).

Boyer ofreció declaraciones a diferentes medios gráficos y audiovisuales, con conceptos sobre sus principales obras, las problemáticas que aborda en ellas, su visión del mundo capitalista y la sociedad estadounidense y los desafíos del poeta en el mundo de hoy.

Reconocida ampliamente en los círculos literarios de su país y con éxitos de venta en su género, Boyer es duramente crítica de la desigualdad social y del sistema de vida estadounidense, tal como plasmó en su libro Desmorir (2020), motivado por la crisis que desató en su vida el diagnóstico de cáncer de mama a los 41 años.

“Durante gran parte de mi vida fui muy pobre, madre soltera, tenía dificultades para pagar el alquiler, comprar comida, poder trasladarme a mi trabajo, y esa es la historia de muchas personas, incluso las de clase media; sigue estando esa lucha interminable por sobrevivir, la sensación de que en cualquier momento todo puede resquebrajarse con un problema de salud, con alguna otra crisis. Durante años no escribía porque estaba enfocada en tratar de sobrevivir económicamente. Si hubiera vivido en una sociedad más igualitaria, más justa, hubiera escrito todos los años de mi vida”, revela, para concluir más tarde: “Estados Unidos es el lugar menos poético del mundo, es hostil a la poesía en todos los niveles: es un país que habla de la guerra, del dinero, de todas las cosas que destruyen la poesía. En Estados Unidos ser poeta es ser una persona extremadamente démodée”.

Una memoria de ideas

Respecto de la clasificación de Desmorir dentro de su trayectoria literaria, Boyer afirma: “Es una memoria de ideas. Un intento por registrar el proceso de tratar de conocer la naturaleza del mundo cuando mi mente estaba asediada por el tratamiento contra el cáncer, el miedo y la ansiedad. No sabía si iba a vivir o morir, y decidí hacer algo con esa situación ridículamente dolorosa, escribir un libro para poder compartirlo, pero no en las formas disponibles, porque cómo funcionan juntas la vida y la forma es un tema central para mí”.

Al mismo tiempo, la escritora se muestra aún sorprendida por la repercusión del libro ganador del Pulitzer: “No esperaba que ganara premios, que fuera traducido a varios idiomas; no estaba preparada para lo que eso significó para mí en cuanto autora, y fue muy difícil. El terreno de mi escritura es mi vida, y tuve que dedicar mucho tiempo a entrevistas, ceremonias, a hablar de mi vida, algo que no me resulta nada fácil”.

Fotografía: Ministerio de Cultura de la Nación
Las formas de la vida

A la hora de hablar de Prendas contra las mujeres, Anne Boyer sintetiza su intención como la de “comunicar el sentimiento que generaba la situación económica que vino después de la crisis financiera y mi propia situación financiera”.

La imagen de la máquina de coser, recurrente en esta obra, es un símbolo poderoso. Al respecto, la autora revela: “Empecé a coser porque estaba tan desanimada respecto de la poesía, quería abandonarla, y por eso conseguí esta máquina de coser. Cosía muy mal, pero no podía parar de coser, y mis amigos poetas me decían: ‘No, tu poesía es tu costura, de alguna manera seguís haciendo poesía’. Lo que aprendí de la costura (en la que todavía no soy buena) fue la construcción de la forma, la manera de hacerla, la forma en la que la literatura se adapta a la vida, y la conexión no económica sino en lo que respecta al trabajo de las mujeres; la relación entre coser, escribir, cocinar, todo eso como una problemática total de la vida y la forma que uno tiene que resolver”.

¿Hay incomodidad en escribir poesía sobre el dinero? “Totalmente”, enfatiza Boyer: “Cuando escribí ese libro, hace mucho tiempo, me costaba mucho pensar en poesía estadounidense sobre clases y condiciones económicas, me fue difícil encontrar fuentes sobre el tema. De alguna manera rompí un tabú acerca de la temática de los poetas, centrada en el glamour del arte y su intensidad. Pero cómo comprar comida no era una cuestión poética en ese momento”.

“El mundo debería ser un lugar en el que todos fueran poetas, en el que el regalo de la literatura fuera para todos y no solo para los ganadores del mundo. La poesía debería ser en un mundo más justo, más igualitario, en el que la capacidad de crear cosas con palabras fuera la capacidad de todos los seres humanos”, concluye Boyer. “Escribir es hacerse más fuerte ante la vida. La poesía es la vida. Cuando encontramos poesía encontramos una razón para vivir”.

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