Una obra para mí: amor, encuentro y desencuentro

Como parte de la programación de Corazón iluminado, este miércoles se presentó Una obra para mí, dirigida por Sebastián Suñé y protagonizada por Francisco Bertín y el propio Suñé.

“¿Qué le importa al mundo si yo ahora no sé qué decir?”, escribe y borra en su computadora –que se lee en la pantalla de la Sala Argentina– YO, el dramaturgo ermitaño que vive encerrado en su departamento, sin teléfono celular, con un vínculo muy tirante con su familia y enfrascado en la cotidianidad del trabajo del que no se permite tomar vacaciones. ÉL es su novio, un actor que no deja que la mala racha por la que está pasando invada su vida social, el gym, sus visitas a familiares en el interior y, por qué no, salir de fiesta.

A simple vista, Una obra para mí trata de una pareja de chicos que están en la antítesis de sus deseos, ahí donde la convivencia fue apagando la llama de la pasión hasta dejarla reducida a un constante desencuentro. YO es la tragedia y ÉL es la comedia, la síntesis del teatro. Entre pases de comedia musical y neoclasicismo teatral, los personajes exponen sus posturas acerca de cómo afrontar la vida, las frustraciones y lo efímero de la felicidad.

Así como los reproches disparan en la platea carcajadas que inundan la sala, las preguntas retóricas llevan al público a acomodarse en sus butacas y reflexionar. En el vaivén, las risas dejan lugar al drama, que irrumpe en la vida de la pareja y amenaza con copar la escena.

Cuando las luces se encienden, las sensaciones, las intensidades y los interrogantes puestos sobre el escenario perduran en la sala y en cada una de las personas del público, que despide a los actores con una ovación de pie.

Una obra para mí tiene otras dos funciones este fin de semana, el sábado 24 y el domingo 25 de febrero, a las 20 h. El espectáculo es gratuito, con cupo limitado y requiere el retiro previo de entradas –hasta dos por persona– desde dos horas antes del inicio de la función.