
Orquesta de Cuerdas
Como parte de la programación del ciclo anual Piazzolla 100, el Centro Cultural Kirchner sigue presentando la música de los ensambles históricos de Astor Piazzolla. En esta oportunidad, convocada especialmente para el concierto presencial que se transmite en vivo por nuestro canal de YouTube y nuestra página de Facebook, la Camerata Argentina recrea el sonido y el repertorio de la Orquesta de Cuerdas.
Creada y dirigida por el violinista Pablo Agri, la Camerata Argentina está integrada por Brigitta Danko, Alfija Gubaidullina, Mariana Caminoa, Cecilia Isas, Natalia Cabello, Cecilia García Converti, Augusto Sourigues y el propio Agri en violines, Eli Ridolfi, Javier Portero y Carolina Folger en violas, María Eugenia Castro y Diego Sánchez en cellos y Daniel Falasca en contrabajo. Como invitadxs participan Lucrecia Jancsa en arpa, Nicolás Enrich en bandoneón y Nicolás Guerschberg en piano, quien también se ocupó de la desgrabación del repertorio que se interpretará.
La Orquesta de Cuerdas fue uno de los ensambles de culto de Astor. Al regreso de su viaje de estudios a Francia de 1955, donde grabó una serie de registros con músicos de la Orquesta de la Opera de París, Martial Solal en piano y en algunas ocasiones, su compatriota Lalo Schiffrin, Piazzolla armó un conjunto inspirado en aquel formato, con un bandoneón solista, piano y una nutrida sección de cuerdas: violines, violas, violoncello, arpa y contrabajo. La formación, que se desarrolló entre 1956 y 1958 en paralelo a la experiencia de Astor con el Octeto Buenos Aires, contó con Elvino Vardaro como concertino, Jaime Gosis como solista de piano y José Bragato en cello. En cuanto a las grabaciones de la Orquesta de Cuerdas, primero hizo tomas para los sellos TK y Odeon. Fueron seis obras en total (“Lo que vendrá”, “Sensiblero”, “Azabache”, “Negracha”, “Vanguardista” y “Marrón y azul”) y después registró dos discos de larga duración. El primero de ellos se tituló Lo que vendrá y lo grabó en Uruguay; el segundo fue Tango en Hi Fi.
Reserva de entradas
La entrada es gratuita, solo con reserva previa, y se podrá gestionar en esta publicación desde el martes 3 de agosto. Todas las personas que asistan deben estar previamente registradas (inclusive menores de edad, que en todos los casos deberán ingresar en compañía de un adulto). No se podrá realizar reserva de entradas en el lugar.
Cada reserva corresponde a una única entrada; con su DNI, cada usuarix podrá realizar hasta dos reservas por actividad, una para sí y otra para un/x acompañante, y hasta dos horas antes del horario de apertura del Centro Cultural, según la disponibilidad visible en el sistema.Una vez completado el formulario se enviará un correo que sirve como confirmación de la entrada. Cuando el cupo para la actividad esté lleno quedará deshabilitada la opción de completar el formulario.
En el ingreso al establecimiento (desde una hora antes del inicio de la actividad) se deberá presentar el DNI, constancia de reserva (en forma impresa o digital a través del celular) y declaración jurada de salud vigente (mediante formulario online, App CuidAR o sistema equivalente). No se permitirá el acceso de ningún asistente que tenga una temperatura igual o superior a 37,5° C al momento del control. Será obligatorio el uso de tapabocas y el respeto a las normas de higiene, seguridad y distanciamiento que indicará el personal del lugar, según los protocolos sanitarios vigentes.
Por consultas sobre entradas e ingresos, escribir a: [email protected]

Con el propósito de fomentar una orquesta de cámara con raíces federales, en 2010 la Asociación Civil Dar Arte creó la Camerata Argentina, dirigida por el violinista Pablo Agri.
El ensamble aborda un repertorio de música de cámara tanto clásico como popular. Su prioridad es también difundir a los compositores argentinos, sean consagrados o nuevos talentos.
La Camerata Argentina se presentó con Susana Rinaldi, Jairo, Nahuel Penissi, Néstor Marconi, Bruno Arias, Gustavo Beytelmann, Raúl Garello y Leonardo Sánchez. En su vasta trayectoria, realizó un ciclo de conciertos en el Centro Cultural Kirchner y participó en el Festival de Tango de 2012 y de 2015 y en el homenaje al pianista Osvaldo Berlingieri en la Usina del Arte.

Astor Piazzolla nació el 11 de marzo de 1921 en Mar del Plata. En 1925 su familia se radicó en Nueva York, donde Astor vive hasta sus quince años. En la ciudad norteamericana obtuvo de manos de su padre su primer bandoneón, y estudió con Andrés D’Aquila. Conoció a Carlos Gardel, y tuvo un pequeño papel en la película El día que me quieras (1935).
Con el regreso de su familia al país, en 1936, Piazzolla pasó a integrar varias orquestas; en 1939 se incorpora a la fila de bandoneones de Aníbal Troilo y luego se convierte en arreglador de esa formación. En paralelo, estudió con Alberto Ginastera y Raúl Spivak, y en 1942 se casó con Dedé Wolff, con quien tuvo dos hijos, Diana y Daniel. Sus arreglos musicales, poco indicados para el baile tal como entonces se practicaba en los salones porteños, comenzaron a ser demasiado complejos para el gusto de Troilo, de manera que en 1944 Piazzolla abandonó la formación y pasó a dirigir a la orquesta que acompaña al cantor Francisco Fiorentino. La sociedad musical con Fiorentino duró dos años, pero el corto tiempo alcanzó para registrar notables versiones de “Viejo ciego” y “Volvió una noche”, entre otros.
En 1946 formó su propia orquesta, con la cual graba obras como “Taconeando”, “La rayuela” y “El recodo”, así como también composiciones originales. A partir de este momento creció la veta compositiva de Piazzolla, y obras como “Para lucirse”, “Contratiempo” y “Triunfal” pasaron a integrar el repertorio de orquestas como las de Troilo, Francini-Pontier, Osvaldo Fresedo, entre otras.
En 1949, Piazzolla decidió disolver su orquesta. En Bartók, Stravinsky y otros sonidos, el talento de 28 años comenzó a buscar su personalidad musical y estudió dirección orquestal. En 1953, su obra Buenos Aires (tres movimientos sinfónicos) ganó el primer premio en el concurso Fabien Sevitzky y generó un intenso debate entre el público por la incorporación del bandoneón a la formación orquestal.
Becado por el Conservatorio de París, en 1954 se trasladó a Francia para estudiar música con la compositora y célebre pedagoga Nadia Boulanger, quien, según palabras de Astor, lo persuade de no dejar el bandoneón y el tango, y le pide “no abandonar nunca al verdadero Piazzolla”. De esta manera, el músico siguió su consejo y grabó dieciséis temas, acompañado por la Orquesta de la Ópera de París y el pianista Martial Solal. Así nació, entre otros, el tango “Nonino” (antecedente de “Adiós Nonino”), y otras piezas como “Marrón y azul” y “Chau París”.
Ya de regreso en la Argentina, Piazzolla formó dos conjuntos: por un lado, una orquesta de bandoneón y cuerdas; por otro, el Octeto Buenos Aires. Con músicos de gran nivel y una formación de bandoneones, violines, contrabajo, cello y guitarra eléctrica, el Octeto sella el inicio del tango contemporáneo, con un estilo rupturista marcado por las innovaciones compositivas e interpretativas que se alejan del modelo clásico de orquesta típica, del cantor y del bailarín. El conjunto grabó dos discos hasta su disolución en 1958.
Piazzolla viajó entonces a Nueva York, donde experimentó con el tango-jazz, y en 1960 volvió a Buenos Aires para formar el Quinteto Nuevo Tango, que sería una de sus formaciones emblemáticas. Grabó numerosas composiciones originales, como “Adiós Nonino”, “Decarísimo”, “Introducción al ángel”, “Muerte del ángel” y muchas otras.
En 1965 registró dos álbumes: Concierto de tango. En el Philharmonic Hall de Nueva York y El tango (a partir de los poemas de Jorge Luis Borges, y con la voz de Edmundo Rivero). La operita María de Buenos Aires, de 1968, es fruto de su sociedad creativa con Horacio Ferrer, con quien compuso, entre muchos temas, “Balada para mi muerte”, “La bicicleta blanca” y “Chiquilín de Bachín”. La pieza más popular del binomio fue “Balada para un loco”, con la voz de Amelita Baltar, que vendió 250 mil unidades en poco tiempo. En los años siguientes, Piazzolla registró el LP Concierto para Quinteto, y en 1972 forma el Conjunto 9, con el cual editó Música contemporánea de la Ciudad de Buenos Aires.
Al tiempo, se instaló en Italia, donde dio a conocer obras como “Libertango” y el disco Reunión cumbre (grabado con el saxofonista Gerry Mulligan y una orquesta de músicos italianos) y, a mediados de la década del 70, tras la muerte de su gran maestro Aníbal Troilo, le dedicó un disco entero, titulado Suite Troileana. También escribió una serie de obras para el Mundial de Fútbol disputado en Argentina en 1978. Desde entonces, Astor se unió a grandes músicos internacionales como Gary Burton; se convirtió en una figura de culto en festivales de jazz y sus formaciones adquirieron en los años 80 un enorme reconocimiento internacional. Uno de los puntos culminantes de esta etapa fue el concierto realizado en el Central Park de Nueva York en 1987, con un quinteto integrado por Pablo Ziegler en piano, Fernando Suárez Paz en violín, Horacio Malvicino en guitarra y Héctor Console en bajo. La presentación quedó registrada en un álbum, con temas como “Verano porteño”, “Lunfardo”, “Adiós Nonino”, “Contrabajísimo” y otros.
En agosto de 1990, mientras se encontraba en la ciudad de París, sufrió una trombosis cerebral y murió en Buenos Aires el 4 de julio de 1992. Dejó un poderoso legado de más de mil temas, bandas de sonido para cuarenta películas y una influencia musical que se hace notar en músicos de tango de las siguientes generaciones, y que abarca homenajes de figuras de otros géneros y países como Yo-Yo Ma, Kronos Quartet, Gidon Kremer y Al Di Meola, entre muchos otros.