La obra completa para órgano de Bach / 1: Luis Caparra

En la apertura del ciclo de conciertos con público en el que se interpretará la obra completa para órgano de Johann Sebastian Bach –en el Klais Opus 1912 del Auditorio Nacional–, se presenta el organista argentino Luis Caparra.

El ciclo, que se desarrollará a lo largo de 17 conciertos el último fin de semana de cada mes, cuenta con la curaduría de Mario Videla y la participación de notables organistas argentinxs y de la región.

El concierto se podrá ver en vivo por streaming a través de nuestro canal de YouTube y de la plataforma Cont.ar.

Programa

Johann Sebastian Bach

Toccata y fuga en re menor (Dórica), BWV 538

Tres preludios corales (de la colección Die einzeln überlieferten Orgelchoräle)

“Christ lag in Todesbanden” (“Cristo yacía en los lazos de la muerte”), BWV 718
“Meine Seele erhebt den Herren” (“Mi alma alaba al Señor” / Magnificat), BWV 733
“Herr Jesu Christ, dich zu uns wend” (“Señor Jesucristo, vuélvete hacia nosotros”), BWV 709

Fuga en sol mayor (Giga), BWV 577

Cuatro preludios corales de la colección Die einzeln überlieferten Orgelchoräle

“Ein feste Burg ist unser Gott” (“Nuestro Dios es una fortaleza firme”), BWV 720
“Liebster Jesu, wir sind hier” (“Amado Jesús, aquí estamos”), BWV 731
“Valet will ich dir geben” (“Quiero dejarte, mundo cruel”), dos versiones, BWV  735 y 736

Sonata en trío en sol mayor n° 6, BWV 530

Fantasía y fuga en sol menor, BWV 542

Comentarios sobre las obras del programa
Por Mario Videla

Toccata y fuga en Re menor (Dórica), BWV 538
Entre 1700 y 1717, Bach compuso cinco toccatas y fugas para órgano, una combinación contrastante entre una sección libre cercana a la improvisación y una sección basada en el contrapunto. Dos de ellas son en re menor. A diferencia de la toccata y fuga BWV 565, la más popular de esta serie de obras, la BWV 538 es llamada Dórica por utilizar el antiguo modo dórico (re menor sin el si bemol en la armadura de clave). En su conjunto, es­ta poderosa pieza se desarrolla a partir de un tema simple, expuesto ya en el primer compás y alcanza su punto culminante en la fuga, basada en un tema de bella factura.

Siete preludios corales
Se han conservado alrededor de 250 arreglos de coral para órgano de Bach, reunidos en distintas colecciones. La serie titulada Die einzeln überlieferten Orgelchoräle en el Catálogo BWV* podría traducirse como “Corales para órgano tradicionales transmitidos individualmente”. Es decir, no fueron compilados por el compositor sino agrupados sin ningún orden bajo ese título por distintos editores durante el siglo diecinueve. Se trata de obras de juven­tud, es decir, de la época de Weimar (1708-1717). En Weimar, Bach volcó todo su interés en las nuevas formas de coral para órgano. Dio preferencia a formas tales como la fughetta coral, desarrollada a veces en una fuga coral importante, al coral en cantus firmus y al coral ornamentado. También intentó expre­sar, de forma subjetiva, el mensaje del himno. Sus arreglos eran fru­to de un trabajo abstracto, pero llevaban en sí un significado poético específico. Cada uno de estos preludios corales es una pequeña obra maestra.

Fuga en sol mayor (Giga), BWV 577
Los grandes preludios para órgano conducen siempre hacia la fuga, como la parte más importante, como la auténtica coronación de la música libre. Según los estudiosos, el placer de Bach por las fugas apenas conoce límite. Ninguno de sus contemporáneos ni sus inmediatos sucesores ha producido fugas tan bien dispuestas y tan claramente formadas; cada una es única en sí. Es el caso de la juvenil Fuga en sol mayor, llamada Giga por su similitud con la giga italiana que el compositor utilizó en varias de sus suites para clave.

Sonata en trío N° 6 en sol mayor, BWV 530
La serie de seis sonatas para dos manuales y pedal (BWV 525-530) fue destinada por Bach a la enseñanza de su hijo mayor Wilhelm Friedemann. No se sabe con seguridad si están pensadas en principio para el órgano o para un clave o clavicordio con dos teclados y pedal. Las sonatas tienen por lo general tres movimientos: rápido-lento-rápido.  Sin ninguna duda estas sonatas se cuentan entre las obras más complejas escritas para órgano por el compositor.

Fantasía y fuga en sol menor, BWV 542
La fantasía y fuga en sol menor está probablemente conectada con la postulación por parte de Bach para el puesto de organista en la Iglesia de St. Jacobi de Hamburgo en 1720. En efecto, Bach tocó allí el órgano durante más de dos horas, ante un importante grupo de personalidades, entre las que se encontraba el gran maestro holandés Jan Adam Reincken. Reincken, que tenía entonces 97 años, después de oírlo improvisar le dijo: “Creía que este arte había muerto ya, pero veo que sigue viviendo en usted”. La fantasía es un claro exponente del llamado stylus phantasticus de Buxtehude y sus discípulos. Los recitativos y cromatismos intercalados anticipan a ciertos autores del siglo XIX como Liszt y Reger. La fuga, cuyo tema deriva al parecer de una conocida canción popular holandesa “Ick ben gegroet van” (“He sido saludado”), es considerada una ofrenda musical al viejo maestro Reincken. Como escribieran en su época: “Bach ha sido el mejor de los organistas que hubo jamás. Con ambos pies podía ejecutar en el pedal tales pasajes que ciertos tecladistas, nada torpes, se hubieran visto en figurillas para hacerlo con sus cinco dedos”.