El Requiem de Verdi, por la Sinfónica Juvenil Nacional, coros y solistas

Bajo la dirección de Mario Benzecry y en versión de la Sinfónica Juvenil Nacional José de San Martín, los coros Lagun Onak (director: Miguel Ángel Pesce), de la Facultad de Derecho (director: Miguel Ángel Pesce) y Polifónico Nacional Evagélico (directora: Constanza Bongarrá), se escuchará una de las obras más importantes del repertorio sinfónico vocal sacro: la Misa de Requiem de Giuseppe Verdi. Como solistas actúan Jaquelina Livieri, Anabella Carnevali, Fermín Prieto y Lucas Debevec Mayer.


Programa

Giuseppe Verdi (1813-1901)
Misa de Requiem

I. Requiem
II. Dies Irae

 i. Tuba mirum
ii. Liber Scriptus
iii. Quid sum miser
iv. Rex tremendae
v. Recordare
vi. Ingemisco
vii. Confutatis
viii. Lacrymosa

III. Offertorio
IV. Sanctus
V. Agnus Dei
VI. Lux aeterna
VII. Libera me


Reserva de entradas

La entrada es gratuita y se habilita al público a través de dos modalidades: virtual y presencial.

Por un lado, se puede gestionar con reserva previa en esta publicación desde el martes 13 de diciembre a las 12Todas las personas que asistan deben estar previamente registradas (inclusive menores de edad, que en todos los casos deberán ingresar en compañía de un adulto). Cada reserva corresponde a una única entrada; con su DNI, cada usuarix podrá realizar hasta dos reservas por actividad, una para la persona y otra para un/x acompañante, según la disponibilidad visible en el sistema. Una vez completado el formulario se enviará un correo que sirve como confirmación de la entrada. Cuando el cupo para la actividad esté lleno quedará deshabilitada la opción de completar el formulario. En este caso, el público deberá presentarse una hora antes del inicio de la actividad. En el ingreso al establecimiento, se deberá exhibir la constancia de reserva (en forma impresa o digital a través del celular).

Por otra parte, a partir de noviembre de 2022, las propuestas del Centro Cultural Kirchner cuentan con un cupo de localidades que se entregan al espectador de modo presencial. Para eso, el público debe presentarse en la boletería del Centro Cultural el día de la actividad. Estas entradas se habilitan hasta agotar la capacidad de la sala.

La boletería funciona de 14 a 20 h.

Por consultas sobre entradas e ingresos, escribir a: [email protected]


Acerca de la obra

Por Margarita Pollini

El 13 de noviembre de 1868 moría en París Gioachino Rossini, el compositor que nunca había dejado de ser una celebridad y una figura simbólica para Italia. Así lo entendía Giuseppe Verdi, quien pocos días después dirigía a su editor Ricordi una carta en la que proponía un homenaje musical: una misa de réquiem escrita por “los compositores italianos más distinguidos”, con el propósito de que fuera interpretada en el primer aniversario de la muerte de Rossini en la Basílica de San Petronio en Bolonia. Una comisión eligió finalmente a los compositores Coccia, Boucheron, Nini, Gaspari, Ricci, Rossi, Buzzolla, Mabellini, Pedrotti, Cagnoni, Bazzini y Platania; a Verdi le correspondería el número final, Libera me, que concluyó en agosto de 1869. Pero, si bien todos los autores convocados enviaron sus colaboraciones, la Messa per Rossini se enfrentó con contratiempos (como la negativa del empresario del Teatro Comunale a ceder a la orquesta y el coro) y el tributo no tuvo lugar.

La muerte del escritor y héroe nacional Alessandro Manzoni, el 22 de mayo de 1873, hizo renacer en Verdi el proyecto de un homenaje, esta vez individual; una Misa de Difuntos a ser interpretada al año siguiente en Milán. Por razones de acústica, la iglesia elegida fue la de San Marcos; allí, el 22 de mayo de 1874 Verdi hizo escuchar por primera vez su Messa da Requiem per l’anniversario della morte di Manzoni; integraban el cuarteto solista Teresa Stolz y Maria Waldmann (Aida y Amneris en el estreno de Aida en Milán y dos de las voces preferidas del compositor), Giuseppe Capponi y Ormondo Maini. La obra pasó rápidamente del ámbito religioso al teatral: el 25, 27 y 29 de mayo de ese año fue interpretada en la Scala. Para la ejecución en Londres en mayo de 1875 Verdi reescribió para la mezzosoprano el Liber scriptus, originalmente una fuga para coro. Juan Andrés Sala puntualiza que el estreno en Buenos Aires tuvo lugar en el Teatro de la Ópera en octubre de 1875.

Con una orquesta que comprende 2 flautas, piccolo, 2 oboes, 2 clarinetes, 4 fagotes, 4 cornos, 4 trompetas (y 4 internas en el Tuba mirum), 3 trombones, ophicleide (hoy reemplazado por la tuba), timbales, gran cassa y cuerdas, más el coro y los solistas, Verdi elabora un conjunto de una potencia musical difícil de superar.

Desde la intimidad más profunda surge el rezo del coro, Requiem aeternam dona eis, Domine, sostenido sólo por las cuerdas, y luego a cappella en Te decet hymnus; los solistas se suman en el Kyrie eleison.

Construido con sólido sentido dramático propio del hombre de teatro que era Verdi, el Dies irae, el segundo y más extenso de los siete números en los que se divide la obra, parece estructurado como una gran escena en la que los solistas interactúan con el coro; a lo largo de ella, el grito de Dies irae, una tormenta sonora escalofriante, irrumpirá una y otra vez, como un recordatorio permanente del Apocalipsis. El Tuba mirum (con reminiscencias del Requiem de Berlioz), en su juego de trompetas que parecen acercarse, prolonga el clima aterrador; más calmos, pero igualmente inmersos en una atmósfera inquietante, resultan el Mors stupebit del bajo y el conmovedor Liber scriptus de la mezzosoprano, al que el coro va contestando con su responso.

En un clima de recogimiento –y una instrumentación intimista–, las tres voces superiores del cuarteto solista entonan el Quid sum miser tunc dicturus, hasta ser interrumpidas por el coro en Rex tremendae majestatis (sobre un motivo que se emparenta con el utilizado por Mozart para la misma sección de su Requiem); el cuarteto se unirá en un grito desgarrador pero esperanzado. Las voces solistas de soprano y mezzo se amalgaman en el delicado Recordare, Jesu pie, que da paso a la plegaria del tenor, Ingemisco tamquam reus. El pasaje siguiente, Confutatis maledictis, vuelve a crear tensión dramática y a ensombrecer el clima en la voz del bajo; la conclusión relativamente calma se enfrenta a un choque de tonalidades con la nueva explosión del Dies irae. El aire “operístico” del Lacrymosa dies illa no es una mera sensación: se trata de una melodía proveniente de un dúo escrito por Verdi para Don Carlos pero descartada antes de comenzar los ensayos, y aquí desarrollada magistralmente.

El Domine, Jesu Christe comienza con las voces de mezzo, tenor y bajo; la entrada de la soprano (Sed signifer sanctus Michael), sobre una textura instrumental cristalina, es uno de los pasajes más hermosos de toda la partitura, y la luminosidad instaurada se continúa en el resto de este fragmento. Introducida por las trompetas, una fuga brillante a doble coro se despliega en el Sanctus. La soprano y la mezzo comienzan a cappella el Agnus Dei y se alternan con el coro en variaciones sobre una melodía tan simple como expresiva. La mezzo inicia (sostenida por las cuerdas con los violines divididos a 6 partes) el trío Lux aeterna, otro modelo de concisión y variedad en sus contrastes.

Nuevamente Verdi reserva la voz de soprano para el Libera me, Domine (un final que es en rigor de verdad un principio, ya que el compositor reutilizó el escrito anteriormente para la Messa per Rossini); ella llevará el hilo dramático de este número de una potencia descriptiva insuperable. Tras una nueva aparición del Dies irae y de una recapitulación del Requiem por la soprano y las voces del coro sin acompañamiento instrumental, Verdi construye una fuga grandiosa; pero, en un nuevo giro dramático y lejos de toda grandilocuencia, el compositor corona su obra en el clima íntimo del comienzo, con el rezo Libera me, Domine, de morte aeterna.

Más allá de la antigua discusión sobre el carácter operístico o religioso de este Requiem, lo cierto es que en él Verdi (el hombre que, como dijo Gabriele D’Annunzio, “lloró y amó por todos”) brinda con su expresión profunda y auténtica una certeza incuestionable a la humanidad.

Fecha

17 diciembre 2022
Finalizado

Hora

20:00

Ubicación

Auditorio Nacional